domingo, 20 de maio de 2018

La prueba y las evidencias de la veracidad del Libro de Mormón


En cuanto a la autoría del Libro de Mormón, considerando lo que el Libro y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días dicen, sólo hay dos posibilidades: o fue escrito por profetas de un antiguo pueblo precolombino, siendo José Smith su traductor y revelador (y, en consecuencia, el mismo Joseph fue un profeta, pues sin el poder de Dios no tendría como traducir el Libro), o bien el Libro es falso, y José no lo tradujo, sino que lo escribió de su propia cabeza y creatividad (y, a causa de eso, ese mismo José sería sólo un falso profeta).
Hay una sola prueba de que el Libro de Mormón es verdadero, pero hay varias evidencias de ello.
Las evidencias no son pruebas cabales de la veracidad del Libro, pero son señales de ello. Son elementos contenidos en el propio Libro que, cuando comparados con otros hechos o analizados bajo la óptica de la ciencia moderna o de la lógica, demuestran que José Smith no es su autor, sino que el Libro fue escrito por antiguos profetas de pueblos que emigraron de Judea a las Américas guiados por Dios, como el propio Libro narra.
Hay varias, varias evidencias de ello – y hay varias clases de evidencias. Por ejemplo, hay evidencias literárias (en cuanto al estilo de escritura y recursos literarios empleados a lo largo del Libro), arqueológicas (como esculturas, máscaras, construcciones, espadas, etc.), antropológicas (varios elementos de la cultura de las distintas naciones indígenas y de ciertos los pueblos del Pacífico se describen en el Libro de Mormón y son explicados por él), entre otras.
Hay realmente muchas, muchas evidencias de que el Libro de Mormón es verdad.
Y hay muchos elementos del Libro que se utilizan como supuestas evidencias de su falsedad. Ninguna argumentación, sin embargo, se mantiene de pie ante una lectura más cuidadosa y atenta del Libro, principalmente cuando se compara el Libro de Mormón con la Biblia – ahí es que se percibe aún más claramente lo que ese Libro es verdadero.
Pero, como dije, sólo hay una prueba de la veracidad del Libro de Mormón.

La única prueba disponible es una prueba testimonial: es el testimonio de Dios mismo, que sin lugar a dudas vio cuando ese Libro fue escrito, quienquiera que haya sido su autor (o autores).
Con el propósito de atestar su veracidad, el propio Libro de Mormón, en su capítulo final, invita a todos, después de leer el relato en él contenido, a preguntar a Dios si el Libro es verdadero. Y, además, el Libro también asegura que todos aquellos que así lo hagan recibirán una confirmación del Espíritu Santo de que el Libro de Mormón es verdadero. Por otro lado, el mismo Señor dijo en diversos pasajes del Nuevo Testamento "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá".

En resumen, hay un Testigo Omnisciente, que se ofrece a ser cuestionado en cualquier momento, por cualquier persona, en cualquier lugar que se encuentre. Y la respuesta será tan poderosa que hablará no sólo a los sentidos racionales de aquel que pregunte a Dios, pero le llegará al corazón, traerá paz al espíritu y alegría para su alma.
¡Es una prueba irrefutable!
Bueno, eso es lo que dice la lógica. Ahora, les digo mi opinión sobre este tema.

Desde la publicación del Libro de Mormón (en 1829) varias personas han intentado demostrar unas a otras que ese Libro es verdadero o falso. Muchos han logrado convencer a otros con sus argumentos, tanto de uma como de outra cosa. Hay también una grande cantidad de personas que no se convencen ni de una cosa ni de otra.
Pero no hay y jamás habrá alguien que no pueda decirse totalmente convencido ante la única Verdadera y Divina prueba de la autenticidad y veracidad del Libro de Mormón.
No hay quien, preguntándole a Diós con un corazón sincero y con real intención (pues la comunicación con Dios no puede en ningún caso ser tratada con ligereza), que se haya quedado sin respuesta. Y no hay quien haya recibido, por el poder del Espíritu Santo una respuesta negativa. Al contrário.
Parafraseando al apóstol Pedro (Hechos 5:32), Dios mismo es testigo de que el Libro de Mormón es verdadero, así como todos nosotros (yo también!) A quienes el Espíritu de Dios ha convencido de la veracidad de ese Otro Testamento de Jesucristo.

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